25 octubre 2009


LA REALIDAD DE LOS SUEÑOS (O SU CUMPLIMIENTO)

Hola a todos.

Hoy me ha salido una entrada rara. Me apetecía reflexionar sobre los sueños y a lo mejor me he "columpiado". Me explico.

Sí, es evidente que los sueños son una realidad. Me refiero a que los sueños, en sí mismos, existen. Las personas sueñan constantemente, tanto dormidas como despiertas. Otra cosa es que esos sueños se puedan realizar (cumplir) en la vida real.

No me pretendo extender con ese tipo de sueños incontrolables que se dan cuando estamos dormidos. Diversas teorías tratan de explicar lo que en ellos se produce: máximo de actividad neuronal en diversas áreas del cerebro, reajuste de lo aprendido durante el día, corta y pega de conocimientos y recuerdos, etc. Lo onírico sigue siendo bastante misterioso, aunque los científicos están en ello. Lo que está claro es que es un "estado de consciencia" diferente al que tenemos cuando estamos despiertos, o borrachos, o drogados, o ..., aunque tenga cosas comunes con algunos de esos otros estados de consciencia.

Esos otros sueños al margen, me refiero a los sueños que todos tenemos (constantemente) referidos a cosas que nos gustaría conseguir, experiencias que nos gustaría tener, logros que nos gustaría alcanzar, etc. Y lo que pretendo reflexionar es, como dice el título de esta entrada, cómo conseguir o cumplir nuestros sueños, cómo hacerlos realidad.

En realidad pretendo emplear la Ciencia, en concreto el Método Científico Hipotético-Deductivo, para equiparar dicho sueño que se tiene con un "Problema Científico", para así tratar de solucionarlo siguiendo los mismos pasos.

¿Se puede conseguir cualquier sueño? Está claro que no, cualquier sueño no, porque habrá que diferenciar los tipos de sueños. Diferenciarlos nos llevaría a establecer algún tipo de clasificación que nos permita diferenciarlos mejor. No sé, por ejemplo según su probable grado de conseguirlos: "Sueños muy probables", "Sueños bastante probables", "Sueños algo probables", "Sueños poco probables", "Sueños improbables". La "clasificación" de dichos sueños ya sería una herramienta científica para estudiar e investigar los problemas.

Un ejemplo mío. Yo ya había montado a caballo cuando era adolescente y me encantó. La verdad es que, aunque he soñado muchas veces con volver a repetir la experiencia, no me lo volví a permitir. No obstante, es un sueño fácil de conseguir por un módico precio en los múltiples picaderos que existen. Sin embargo, surgió la ocasión durante el mes de junio de 2009, gracias a la invitación de D. Alberto Ayuso (padre de una buena alumna). Desde aquí le envío un saludo y la promesa de que volveré. El resultado es el que podéis observar en las fotos:



Otro ejemplo mío. Soy submarinista, aficionado por supuesto. De jovencito (19-20 años) tuve un sueño: "Me gustaría hacer submarinismo". Bueno, mejor redactado sería: "Me encantaría ver el mar por debajo, con un equipo autónomo que no me obligue a salir para respirar, para sentir mejor ese ambiente y las sensaciones de bucear. Existe la posibilidad de que no me guste o no pueda realizarlo, pero lo voy a intentar". Mirad qué guapo después de conseguirlo (3 años después):



Bueno, así os lo podría explicar con otros muchos sueños que tuve (sacar la Selectividad, sacar el Carnet de conducir, acabar la carrera de Biología, hacer el curso de profesores, aprobar la Oposición de profesor, casarme con alguien especial para la que yo fuese especial, ganar el premio del GLOBE, etc.) y que "se me han ido haciendo realidad" con el tiempo (porque cada sueño lleva su tiempo), el esfuerzo, el no desfallecimiento, la ilusión, la búsqueda de estrategias, el ensayo-error, el aprendizaje, la petición de ayuda, etc.

¿Cómo que "se me han ido haciendo realidad"? ¡Vaaaamos a veeeeer! ¿Por qué tendemos a ponerle a la realización de un sueño un componente mágico o milagroso, externo a nosotros mismos? En esto se basan los horóscopos, la magia, las religiones y sectas, la creencia en el "Destino", etc. para atraparte y controlarte. ¿No vemos que sólo depende de lo que tú hagas, lo que te lo curres, lo que vayas construyendo poco a poco en la dirección de la consecución del sueño? En este sentido creo que la ESPERANZA es un engaño, te hace vago, te embrutece, te impide pensar estrategias para conseguirlo tú solito (que es la única forma de conseguirlo, junto con un poquito de casualidad y probabilidad matemática en determinados casos). ¿Tú que opinas?

Imagina que el sueño que quieres conseguir, si es realista, lo consideras como un Problema. Prueba a seguir los pasos del Método Científico Hipotético-Deductivo y sé constante, pero realista. Los cinco pasos son:

1.Analizamos el problema y se divide en sub-problemas de más fácil investigación. Lo que ya conozcas es absurdo investigarlo (a no ser que dichos conocimientos sean incorrectos o incompletos).

2.Planteamos todas las posibles Hipótesis para cada sub-problema.

3.Diseñamos una investigación (investigaciones bibliográficas, experimentos, etc.) para cada hipótesis planteada.

4.Realizamos cada investigación por separado para intentar averiguar si cada hipótesis era correcta o no.

5.Sacamos conclusiones de cada una de las hipótesis e intentando resolver el problema inicial.

Es decir, en realidad se trata de jugar a ser científico en tu vida y con tu vida. No sé, si lo piensas bien te darás cuenta de que algunos sueños que tenías los has conseguido siguiendo estos pasos.

Además, existe una línea de investigación científica que trata de ayudar a la gente a vivir y sobrevivir mejor por medio de consejos comprobados científicamente. Mira este vídeo: http://www.smartplanet.es/redesblog/?p=569
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1 comentario:

El Caminante y su Sombra dijo...

¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

Así termina el monólogo de Segismundo, personaje de "La vida es sueño", de Calderón de la Barca, cuando le vuelven a encerrar en la torre porque, cumpliendo con su destino, se comporta cruelmente. Al final de la obra, sin embargo, logrará vencer ese destino, asumiendo su libertad.

Curioso, el papel de los sueños en la dialéctica destino vs. libertad. Parece ser una constante simbólica.

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