11 diciembre 2011


GRANADA EN OTOÑO Y LA CONDICIÓN DE "TURISTA".

Hola a todos.

Acabamos de estar en la ciudad de Granada y hemos disfrutado de una serie de experiencias interesantes:

  • Viajar en tren para no coger el coche.
  • Comer tapas y más tapas.
  • Patear sus calles, plazas y barrios característicos (Albaycín, Sacromonte, Realejo).
  • Visitar La Alhambra de noche y de día. Lo de la noche tiene su curiosidad, así como sus cosas malas y buenas. Lo del Patio de los Leones en obras ya es todo un clásico, menos mal que lo vi de pequeño y en fotos.
  • Visitar el Museo de las Ciencias. Una pasada. Tendríamos que haber pasado todo un día para poder verlo entero.

Por cierto, al igual que en el resto de estaciones del año, esta ciudad en otoño tiene su encanto. Además, como no había nevado suficiente en Sierra Nevada, la temperatura todavía no era muy fría. Sin embargo, se nos han debido pasar algunas cosas de interés, por ejemplo su Cartuja, porque nos la recomendaron cuando nos volvíamos. Esa para otra.

Mirad qué fotillos más chulas:


Y tras estas fotitos me surgen reflexiones sobre el tema del turismo y la condición de “Turista” que adquiero cuando me voy de vacaciones a algún lado. Entendiendo el concepto de “Turista” como: “Persona que hace turismo, es decir, viajar por placer.” Pero, seamos realistas, ser turista es muy duro. Ya sé, ya sé: “¡Quién pudiera!”.

Aprovechando que vienen las Fiestas de Navidad, y habrá quién adquiera la condición de turista, os expongo mis reflexiones sobre las características, actitudes y aptitudes, que creo que debería tener un buen turista. Debería:

  • Tener algo de dinero. Aunque en este tema habría personas que no estarían de acuerdo por tener la capacidad de adaptarse a lo que sea y, claro, también dependerá del lugar al que se viaje. La cantidad disponible del recurso “dinero” depende de muchos factores, entre ellos el nivel de ingresos-gastos y la capacidad de ahorrar para poder utilizarlo en vacaciones. Incluso hay personas que prefieren gastar menos en otras cosas para luego poder irse de vacaciones. Por supuesto, en este tema cada uno sabrá sus posibilidades. Para no “mal-viajar”, he de confesar que me gusta ser un poco “turista-pijo”, porque si no lo tengo prefiero no ir.
  • Tener capacidad de adaptación y cambio. Porque, seamos realistas, “somos bichos de costumbres”. Salir de tu medio (el que controlas) a otro medio diferente supone un gasto de energía importante en forma de pequeña ansiedad y estrés por la novedad y la falta de control total. Por eso no es descabellado que haya personas que regresen de las vacaciones más cansados que antes de irse. Bueno, yo me puedo adaptar casi a lo que sea, pero en el tema de las vacaciones, hay cosas por las que prefiero no pasar (siempre que se cuente con el dinero suficiente). Como sé lo que me gusta aparte de viajar, y ahora se me ocurre sobre todo la bicicleta, la siesta y “crear con el ordenador”, he llegado a la conclusión de que más de una semana fuera de casa se me hace durillo.
  • Tener inquietudes por conocer cosas nuevas. Ya sea lugares (ciudades, espacios naturales u obras de ingeniería de interés), monumentos, obras de arte, gentes, culturas, experiencias e, incluso, emociones o sentimientos nuevos. Es decir, hay que tener una motivación especial para viajar con esos objetivos. Aunque parezca extraño, sí hay personas que no tienen esas inquietudes, porque para tener esa motivación hay que tener la mente abierta y disposición a aprender, conocer y entender a los demás. Se necesita tener capacidad para ponerse en el lugar del otro, para tener “empatía”.

Bueno, no conozco vuestras posibilidades y experiencias como “turista” ni si estaréis de acuerdo conmigo en las reflexiones realizadas, pero en lo que no podéis estar en desacuerdo es que es esencial conocerse a uno mismo, ya que las decisiones que se tomen pueden condicionar el disfrute de los periodos vacacionales de los que dispongamos.

Además, siempre nos quedará la ilusión y emoción por... ¿cuándo volveré a viajar y dónde iré la próxima vez? Y, por cierto, esperemos que no tengamos que viajar por necesidad en tiempos de “crisis”, porque creo que a eso se le llama “Emigrar” y se adquiere la condición de “turista obligado” (aunque como no se viaja por placer no se le podría llama “turista”, por eso se le llama “emigrante”).

Salud.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Realmente estoy muy enfadado contigo. Vienes a Granada y no me lo dices...

Ciencia en Rosa dijo...

¡Qué desastre! Pero bueno, ¡qué fallo!
Mi mente no ha hecho ninguna conexión para recordar que estabas estudiando por ahí.
De verdad que lo siento. Desearía hacer de nuevo el viaje sólo por verte. Así que te lo debo.
Ya pensaré.
Salud amigo. Espero que te vaya todo genial.

Angels Vilanova dijo...

Pues yo no estoy enfadada contigo, al revés, estoy de acuerdo contigo y lo que dices del oficio/condición de turista. Un besazo muy grande y espero que hoy, día 29 de diciembre, estés haciendo el turista por algún lado.

Ciencia en Rosa dijo...

Hola Angels,
Pues sí, por Mieres me hallo. Besos gordos y feliz 2012.

Publicar un comentario